¿Quiénes somos?
y cómo empezó todo...
Comenzaré por el principio: por
contar cómo y cuando comenzó este tórrido romance entre los cactus
y yo...
Todos los veranos mi
madre y yo viajábamos a Paris para visitar a mi abuelo …
Siempre me tocaba
acompañarlo en sus caminatas diarias, tomada de su mano hasta un
parque cercano a la casa.
El había enviudado hacía
muchos años y a veces, de regreso del parque le gustaba pasar
frente a la Iglesia de “Sainte Anne” donde se casó con mi abuela y
finalmente volvíamos a casa por una calle donde había un
mercadillo callejero de frutas y verduras y también de flores...
Cuando muy niña era
placentero y hasta divertido, pero a medida que fui creciendo los
paseos se me hacían cada día más y más tediosos al punto que hasta
llegué a odiarlos.
Un día, justo en la
entrada del mercadillo los vi: ¡ ahí estaban, en un mantel de
cuadros en la acera, tan bonitos en sus macetitas de barro! era
algo nunca visto por mí y fue amor a primera vista: a pesar de que
no podía comprar ninguno, me bastaba con contemplarlos ...
Desde ese día la que
siempre insistía en pasar por la calle del mercadillo era yo, y no
se imaginan como ansiaba que llegara la hora del paseo para poder
verlos ...
Los años siguientes ya se
nos hizo difícil viajar; mi abuelo murió, y yo no regresé nunca
más a Paris. Al no volver a ver el objeto de mi pasión y tal y
como suele suceder con los amores de verano, éste se fue hundiendo
en el olvido…
Pasaron los años y me
casé...
Un día, mientras íbamos
con el carrito haciendo la compra en el supermercado los volví a
ver : ahí estaban de nuevo esta vez en una estantera metálica:
eran los típicos gymnos rosados y rojos y los
chamacereus silvestrii amarillos injertados (entre otros): me
sedujeron con sus colorines y se volvió a encender la pasión.
Ahora sí podía, así que comencé
a comprarlos: cada semana traía a casa uno diferente… por supuesto
no tenía ni idea de como cuidarlos: para mi gran frustración,
cactus que compraba, cactus que se me moría.
A pesar de todo llegué a reunir
un par de docenas de plantas en nuestro pequeño balcón, aquí los
pueden ver
Alguna tataranieta de suculenta
de esa época aún subsiste en mi colección
Siguiéndoles la pista,
llegamos muy pronto a la Divina Fuente De Los Cactus: era un señor
catalán que los cultivaba en Caracas, y regularmente íbamos alguno
que otro sábado a su casa para escoger a nuestra próxima víctima .
Un buen día (de bueno
nada, más bien "día fatídico") el señor se fue de Venezuela y los
cactus desaparecieron con él, y mi pasión volvió a caer en el
olvido.
Años después nos mudamos
a La Gran Sabana y en cada viaje que hacíamos anualmente a Caracas
pasábamos por los diferentes viveros a ver … si por casualidad… y
nunca había nada…
En el 2004 volvieron a
aparecer…esta vez con una flamante etiqueta y con identificación y
todo y además ( ¡éxtasis total! ) un nombre, un teléfono, y una
dirección de página web…
¡Al menos ya sabía dónde encontrarlos cuando se acabaran en los
viveros…
En los viveros de aquí,
los cactus reciben el mismo trato que todas las demás plantas:
violetas, helechos, orquídeas, palmeras, todas van en el mismo
saco con las consecuencias que eso trae,
así que con algunas de las plantas que compré, llegaron las
cochinillas…
Esta vez no estaba dispuesta a dejar que se me murieran las
plantas que tanto me había costado conseguir y como recién estaba
estrenando internet comencé a buscar información: empecé por
contactar al creador de esta nueva tanda de cactus quien me
recomendó un insecticida: como era un producto importado imposible
de conseguir por estos lados seguí buscando y llegué a una página
de
infojardín y de ahí fui a parar al foro
cacturados
y luego a otro llamado
suculentas.
Ahí conseguí a mucha gente amable y generosa y siempre dispuesta a
ayudar y compartir.
Los foros resultaron tan
divertidos y entretenidos como didácticos, sobre todo para mí que
no sabía nada de cactus (ahí fue cuando me enteré de que los
cactus podían dar flores).
Gracias a la ayuda y a la
generosidad de tanta gente he podido realizar mi sueño de tener
una colección que de otra forma nunca hubiese podido conseguir,
adquirir conocimientos para compartir y poner muchas plantas a
disposición de los amantes de los cactus a través de este sitio
web.
Espero que aquí encuentres la
planta de tus sueños, la motivación para seguir sembrando, los
datos que necesitabas para tus siembras o cualquier otra cosa que
pueda enamorarte más de estas plantas.
Lorette
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